martes, 14 de mayo de 2013

Economía de casino en la Venezuela "socialista”


Por: Carlos Hermoso

La creatividad del gobierno es ciertamente grande y cada vez más "revolucionaria". Y es que la cosa no es fácil cuando se busca mantener el discurso socialista mientras se traspasa la riqueza a la oligarquía. Nicolás y sus ministros dicen que lo de la subasta de dólares es para ayudar a los pobres.

En primer lugar, son consecuentes quienes idearon esta medida con una teoría de un Nobel de economía, William Vickrey, quien desarrolla la tesis según la cual "...las asimetrías en la información son frecuentes y complican el problema de la toma de decisiones", por lo que se busca que el demandante incida en el precio de un activo mediante la sinceración de su oferta. Asi, con la creación del Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad), se busca resolver el otorgamiento de divisas mediante la legitimación de un nivel de devaluación.

Debemos comenzar por acá ya que nos coloca frente a una evidencia clara de que la base teórica de la política económica del gobierno, y de este tipo de mecanismos que favorecen a las élites, sale de quienes piensan en función de afianzar la centralización de la riqueza en cada vez menos manos. En este caso, de quienes teorizan en función de la especulación monetaria y financiera. Reivindican aquello de que un componente vital del capitalismo es la usura y, éste es uno de esos mecanismos que, siendo fruto de la creatividad de un apologeta de la oligarquía financiera, se aplica bajo el argumento contrario, o sea, de una mentira según la cual se trata de un instrumento ideal, ya que "estas divisas no son para atender un mercado paralelo, sino para la economía real, de exportación, para las necesidades de la población y para su beneficio social", según palabras de Nelson Merentes. Pero, detrás de estas subastas, participarán con fiereza quienes se guían por el afán de lucro, por lo que estas divisas serán usadas para afianzar la economía que se ha configurado hasta ahora, nada cambiará. ¿O es que alguien cree que la subasta concita ideas de patria en quienes participan?